martes, 16 de octubre de 2012

El Llano en Llamas (análisis)



Juan Rulfo


La serie de diecisiete cuentos titulada “El Llano en Llamas” es una obra del jalisciense Juan Rulfo, cada uno fue publicado individualmente en publicaciones periodísticas, y finalmente reunidas en 1945. Se dicen que son el preámbulo del clásico literario “Pedro Páramo”, contiene títulos interesantes que refieren a la vida de los pueblos mexicanos posrevolucionarios, sus problemas y su fatalismo. Su manera de enfrentar su realidad para poder sobrevivir.

El primer cuento se llama NOS HAN DADO LA TIERRA, es una narración  acerca de un grupo de personas que reclaman por haber recibido El Llano Grande, un lugar tan seco que apenas cae una gota de agua la chupa la tierra sedienta. Ellos quisieran las que están cerca del río, que si son fértiles, pero los agentes del gobierno dicen que agradezcan el terreno de tierra tan grande que les tocó.
La CUESTA DE LAS COMADRES es un interesante historia contada por el ayudante de dos hermanos, que son maleantes que roban ganado al pueblo vecino de este lugar que el cuida: la cuesta de las comadres, que es un lugar donde siempre hay destrucción por los aguaceros que caen, así que la gente prefiere vivir en el pueblo de Zapotlán. En la trama se dice que los hermanos ya murieron. Él se resigna, y decide abandonar este  lugar y bajar al pueblo. Pero sorpresivamente al final de la historia el narrador confiesa que mató a Remigio Torrico, cuando éste llegó borracho a reclamarle la muerte de su hermano Odilón, mientras él cosía un costal, apenas iluminado con los rayos de la luna. Lo culpa por su fallecimiento, y dice que la prueba que tiene es un zarape que compró en el pueblo con el dinero del difunto, el narrador le dice que lo había adquirido con el dinero que gano al vender unos chivos, y por eso remendaba el costal, porque ahí había metido al pequeño para poder cargarlo y llevarlo al pueblo. No le creyó y fue por un machete para matarlo y en acto de defensa tomo la aguja con que cosía y se la enterró a Remigio en el ombligo, ya moribundo le dijo  que presencio cuando los Alcareces lo habían matado, por una riña en el bar del pueblo. Y él no lo había matado. Lo remató volviéndole a enterrar la aguja en corazón para que dejara de moverse.
ES QUE SOMOS MUY POBRES relata la historia que sufre una familia al enterarse que la vaca de la niña Tacha, la mas pequeña, había sido arrastrada por el rio, el padre se la había regalado en su cumpleaños para que tuviera un capital y no fuera una cualquiera como sus hermanas, que se fueron para ganarse la vida vendiéndose para poder dejar la pobreza. Buscaron también a un pequeño becerro que acompañaba a la desaparecida vaca, al final de la historia el padre tiembla al no poder encontrar a los bovinos y ver la cara mojada por el agua del rio y el movimiento de sus pechitos profetizando así su fatal destino como el de sus hermanas.
El cuento de TALPA cuenta una tradición arraigada de los pueblos mexicanos: la peregrinación, pero con una trágica y fatal anécdota. En una clara conspiración Natalia y su cuñado habían planeado llevar a Tanilo a ver a la Virgen de Talpa. Él deseaba ser curado por la virgen de Talpa, estaba lacerado por una enfermedad producida por las llagas que quemaban su cuerpo, y aprovechando este deseo organizaron una peregrinación. Ellos sabían que Tanilo en su estado ya no lo soportaría y moriría, dejando a su hermano y su mujer vivir su apasionada relación. Partieron, pero en el camino quiso regresar, pero ellos insistieron que faltaba poco y no valía la pena. Tardaron demasiado ya que había veces que lo tenían que cargar, al llegar al templo pudo recibir la bendición, pero fue demasiado tarde. Afuera  intentó unirse a un grupo que hacia una danza en honor a la patrona, pero fue sacado a rastras porque ya estaba muy grave, al entrar a oír misa, él se quedo quieto sentado junto Natalia y ahí murió. Lo tuvieron que enterrar en un pozo para que ya no apestara ni derramara el putrefacto líquido de sus llagas, al volver a su pueblo Natalia parecía estar arrepentida y desolada por la muerte de su marido.
MACARIO cuenta la historia de una persona con problemas de discapacidad, al parecer, estaba afuera matando las ranas que no dejaban dormir a su madrina y empezó a narrar lo que sentía. Lo mucho que quería a Felipa, la doméstica, que en las noches daba consuelo al pobre muchacho dándole se su leche mientras le hacia cosquillas, desde el punto de vista inocente del narrador. Lo mucho que apreciaba a su madrina que lo recogió. Lo mucho que odiaba el infierno, las cucarachas y los alacranes. Salir a la calle, no entendía porque la gente lo apedreaba y que no  comprendía los regaños de su madrina al golpease la cabeza contra el suelo, por qué lo tenia que amarrar durante la misa. Y lo mucho que ama las flores de obelisco, porque sabían como la leche de Felipa.
¡DILES QUE NO ME MATEN!, es un relato sorpresivo y lleno de un aire de desesperación y miedo. El narrador se encuentra atado a un árbol, ya que será juzgado por haber matado a un fulano hace más de treinta años. Le pide a su hijo que lo ayude, que pida clemencia a los oficiales, ya que no vale la pena matar a un viejo tan viejo. Rememora que siempre vivió atormentado con el hecho de que algún día lo capturarían, ya no tenia nada, le quitaron su casa y su mujer lo abandono, él pensó que ese era suficiente castigo por haber matado a Guadalupe Terreros. Lo mató al negarse dejar pastar a los animales de su victimario Juvencio Nava, se la vivía tirando le la cerca y el difunto levantándola. Al final se entera que el que lo va a juzgar es un sargento, hijo del que mató.
LUBINA es un mágico relato, narrado a un nuevo maestro que llegar a este pueblo por el maestro que lo deja, le dice como el viento de este lugar acontece hechos que lo atemorizaron siempre, estaba feliz por dejar ese lugar y le pidió que le diera la su cerveza si no se la iba a tomar, porque realmente la necesitaba. Los habitantes siempre llenos de misterio formaban un ambiente tétrico y desolador.
PASO DEL NORTE es la anécdota de un habitante rural que sueña con irse a trabajar al norte, le pide a su padre que cuide a su mujer y a sus hijos, reclama que es lo mínimo que puede hacer después de la miserable infancia que le dio, nunca le enseño el oficio de la pirotecnia, porque algún día seria su competencia, y ahora se mantenía vendiendo marranos, pero ya no tenia nada de trabajo y necesitaba el dinero para sobrevivir, el padre le dijo que él no era el culpable, él se fue demasiado pequeño y con una mujer que no valía la pena. Quería irse para tener dinero, como otro que también lo hizo y se compró un fonógrafo y ahora cobraba cinco centavos la canción. Prometió  que pagaría hasta el último centavo que gastara en su familia y con intereses, lo logra convencer y él se marcha para el norte. Ahí encuentra la desgracia, una ráfaga de tiros casi lo mata cuando cruzaban el rio rumbo a Texas, logró escapar e intentó salvar a un compañero pero éste ya había fallecido. Encontró a alguien que le dijo que se regresara, que le pagarían su pasaje, pero que ya no lo quería ver aquí de nuevo. De regreso encontró que su padre había vendido su casa para mantener a sus hijos y que su esposa ya se había escapado con un arriero, y le pidió a su padre que le explicara que camino agarraron para buscarlos.
En NO OYES LADRAR A LOS PERROS hombre intenta salvar de la muerte de su hijo, llevándolo sobre su espalda a un pueblo que cuenta con médico. Estaba herido porque era un delincuente, en un atraco le lastimaron, y ahora su propio padre le desconocía, que solo lo hacia por su madre, para que no sufriera. Le pedía a cada momento que le dijera si oía a los perros para ver si se acercaban al pueblo, y el estando arriba podría hacerlo por su mejor posición. Entraron a un punto de desesperación porque él quería bajarse y tomar agua, pero le pidió que aguantar porque si lo bajaba ya no lo podría subir y se moriría en ese lugar. Al final logra estremecerlo con sus palabras y él derrama sus lágrimas sobre el cabello de su padre, al final logran llegar al pueblo que buscaba con tanta insistencia con el ladrido de los perros
ANACLETO MORALES  es una historia verdaderamente ingeniosa y divertida, unas mujeres van en busca de un hombre clave para poder beatificar al supuesto “Santo Niño”. Cuando lo encuentran, lo encuentran con los pantalones abajo, pues se escondía de estas viejas locas de quienes siempre huía. Le decían que tenia que regresar al pueblo para dar fe  de lo santo que era Anacleto Morales, su suegro. Pero este se niega al decir que en realidad era un santero que engañaba a la gente con trucos de magia, y así parecía ser un santo, le dijeron que era un ateo malagradecido, que todo lo que tenía se lo debía al santo niño, el comento que lo único que le dio fue a la loca de su hija, que gasto demasiado dinero. Y así algunas se fueron retirando por los comentarios del hombre. Otras siguieron insistiendo, pero este cada vez argumentaba cosas peores que provocaban hasta vomito a estas piadosas. Al final una de ellas se queda con él y la convence de hacer otras cosas, sin saber que afuera de esa casa estaba enterrado el santo niño, que el día que desapareció y se convirtió en santo llegó  a ese lugar para reclamarle dinero a su yerno, pero este solo le expresó que le devolvería a la enferma de su hija, pero Anacleto Morales exigió todo el dinero que tuviera o que vendiera sus pertenecías para poder irse de ese lugar, sin saber que nunca podría salir de ahí. Intentaron hacer otras cosas esta mujer con el cuñado del santo niño pero le indicó que no podría jamás igualarlo en la cama.

COMENTARIO: gran maestro de la literatura mexicana, Juan Rulfo expone en este libro temas interesantes y relevantes que pueden revelar la realidad de México. Cada situación narrada expresa el problema de alguna comunidad con toda la calidad artística del autor. Vale la pena volver a leer el libro porque sus historias nos llaman hacerlo. Nos invitan a ser parte de ellas para poder entenderlas y vivirlas.


¿Y la tierra?

2 comentarios:

  1. Definitivamente muy buen escrito para describir la obra.

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  2. Hola:
    Me pareció muy buena la publicación, estaba buscando precisamente material de El Llano en llamas y me encontré con la imagen ¿Y la tierra? y me cautivó, espero que no te moleste compartirla, con el respectivo crédito. SALUDOS.
    Yo también tengo un blog con mi nombre, si gustas puedes entrar y dejarme un comentario. GRACIAS.

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